Los seis tipos de amigos que hay que tener
Compañero de trabajo: esta relación es tan importante ya que se ha comprobado que tener un amigo en el trabajo incrementa la productividad, hace que el día se vaya más rápido y que el ambiente laboral en sí sea percibido como más liviano y divertido. Con ellos se puede compartir los problemas que se tienen con el jefe o los compañeros sabiendo que es una persona de confianza.
Compañero de facultad: se puede comentar la mala nota que puso la profesora. No sólo se comparten los problemas de la universidad, sino que se resuelven dudas y se tiene a una persona en la cual apoyarse cuando las cosas se vuelven difíciles.
Compartir el mismo hobby: no hay nada más divertido que compartir las actividades que a una persona más le gustan con otra que comprende perfectamente lo que se siente ante una buena película, un museo, o jugando un partido de fútbol.
El 100% honesto: aunque son pocos los que soportan que les digan la verdad respecto de sus errores y decisiones, lo cierto es que siempre se requiere de un amigo que tenga la capacidad de decir con total franqueza lo que piensa.
Para sentirse bien: después de una honesta conversación con el amigo que dice siempre la verdad, una persona puede requerir de otro amigo que le levante el ánimo y le diga que no todo es tan oscuro. Con sonrisas y mucha energía elevan el ánimo del más decaído.
Amigos para siempre: por encima de todas las categorías está aquel que se conoce de por vida, con el que se ha compartido las vivencias más tristes y las más felices, que conoce los detalles de la biografía de una persona y entiende lo que siente la persona con muy pocas palabras. Ellos mantienen viva la memoria del pasado compartido y se transforman, con el tiempo, en algo mucho más grande que sólo un amigo.